Los vigilantes del Mediterráneo
MAITE DUCAJÚ VALENCIA
A orillas del mar de Dénia la familia espera angustiada alguna señal que haga suponer que no ha ocurrido nada malo. El catamarán partió por la tarde, hace cuatro horas, la noche se ha venido encima y los tripulantes no llegan. Al final, se da aviso al 112. La operación de búsqueda ya está en marcha: primero salen las lanchas de la Cruz Roja y, al rato, aparece el helicóptero de Salvamento Marítimo; a la segunda pasada, con visión nocturna, detecta la embarcación a unas millas de la costa y comienza el rescate. En diez minutos, los cuatro veraneantes están a salvo.
Hasta el 10 de agosto, Salvamento Marítimo -en guardia 24 horas al día durante los 365 del año- lleva efectuadas 115 actuaciones de emergencia en la Comunitat Valenciana y ha rescatado a 227 personas, la mayoría de embarcaciones de recreo.
De las 73 emergencias de julio, fue en Alicante, con 49 intervenciones, donde más se actuó; otras 15 se realizaron en Valencia y 9 en Castelló. Entre las 140 personas atendidas hubo un fallecido cuya muerte se produjo antes de la llegada de los agentes de Salvamento. Durante las emergencias se asistió a 95 personas, 37 estuvieron a salvo por sus propios medios, se evacuó a una persona y cinco estaban ilesas.
¿Imprudencias? El jefe del Centro de Coordinación de Salvamento en la Comunitat Valenciana, Antonio Padial, se resiste a afirmar. "Principalmente, el problema de las embarcaciones de recreo es que suelen estar mucho tiempo amarradas y el mantenimiento es un poco complicado. Es bastante sencillo salir al mar y tener un problema en el motor, que es esencialmente una de las causas, como también lo son el fallo en el sistema de gobierno o quedarse sin combustible. ¿Imprudencia? Si se puede considerar el no salir con combustible suficiente, puede ser", respondió a Levante-EMV el responsable del centro.
"El rescate de vidas humanas no se cobra", afirma Antonio Padial. En cambio, la recuperación de embarcaciones sí tiene unas tarifas públicas, que se publican en el Boletín Oficial del Estado.
Un equipo de 87 especialistas
Su ámbito de actuación es el mar, repartidos en diferentes bases a lo largo de la costa española. En la C. Valenciana cubren una superficie de 32.000 kilómetros cuadrados y hasta diez millas -20 kilómetros- de Ibiza. El centro, dependiente del Ministerio de Fomento, está en Valencia, en el muelle sur del Puerto, en donde trabajan catorce controladores, un jefe de mantenimiento, el administrativo y el citado jefe del centro. En total, aquí actuan 87 especialistas y se dispone de una flota aeromarítima compuesta por cuatro embarcaciones guardamares y salvamares (en Burriana, Valencia, Xàvea y Alicante) además de un avión -con zona de responsabilidad desde el cabo Bagur en Cataluña hasta Huelva- para el seguimiento de infractores y rescate y del helicóptero AW 139 con capacidad para 16 personas, "siempre de guardia", con base en el aeropuerto.
Allí, a Manises, son trasladados los cuatro pasajeros socorridos del catamarán que sufrió la rotura de la vela. Al otro lado del teléfono uno de los especialistas tranquiliza con sus palabras a la familia, lo que es de agradecer: "Todos están bien. Ahora se están duchando", señala.
Si no han necesitado asistencia sanitaria, como es el caso, a los rescatados se les lleva a la base del helicóptero en donde se duchan y reciben un equipaje que incluye ropa interior, chándal completo y sandalias.
El cometido de este amplio equipo es dar ayuda a cualquier emergencia que surja en el mar. En verano, mayoritariamente, es socorrer a embarcaciones de recreo, pero se han dado casos, como en el mes de julio, de evacuar en el helicóptero a una persona infartada de un crucero. También se emplean en combatir contra la contaminación por vertidos de buques, con seis bases estratégicas y una de ellas en Castelló, o en salvar a los tripulantes de pesqueros, como hicieron con el que se hundió este invierno en Alicante.
No siempre se encuentran a los perdidos en catamarán tan rápidamente. Algunos pasan toda la noche a la deriva y son rescatados al día siguiente. "Pero el ver que nuestros medios les están buscando, les tranquiliza e infunde ánimo", afirma el responsable del centro de Salvamento. Otros, incluso, repiten. Como el francés que en pocos días fue rescatado dos veces y en la segunda ocasión apareció uniformado con el chándal que se entrega a los rescatados.
El patrón del catamarán de Dénia, a las 12 de la noche, se comunica con su familia. Al final, todo queda en un susto gracias a la intervención de este equipo.